domingo, 14 de septiembre de 2008

Proyecto Checua


PROYECTO CHECUA
HUGO GÓMEZ
Es un proyecto de control de erosión, ubicado a 80 kilómetros del departamento de Cundinamarca, en una zona critica para el departamento dado que las condiciones de agua de este río entraban a una planta de potabilización para el distrito capital y por problemas erosivos el arrastre de suelos se fue incrementando cada día más, entonces los costos de sedimentación y potabilización se encarecieron. El proyecto arranca con eso, y la CAR logró firmar un convenio de cooperación Técnica Internacional con el gobierno alemán a través de la GTZ, e identificadas la problemática en esta cuenca las 17.000 hectáreas se requerían recursos grandes para poder estabilizar los procesos erosivos, por lo que a través de un Banco de apoyo de fomento alemán KFW, se consiguen algunos recursos y se inician procesos de estabilización en esta cuenca.
Campos de acción que esta manejando el del proyecto:
En las áreas de tipo erosivo donde ya se han perdido todas la capacidad del suelo para producir, estamos desarrollando la parte de tipo curativo donde se realizan s obras biomecánicas. Son obras que buscan principios muy sencillos, VGR que buscan mantener el agua en el sitio que caen por el mayor tiempo posible que cae
Y con esto iniciar procesos de re- vegetación , una vez tengamos los suelos cubiertos estamos garantizando que la erosión se controle.
En los sitios donde existe todavía provecho económico de la gente, donde hay producción agropecuaria, hemos desarrollado alternativas sostenibles que le permitan a la gente seguir viviendo en estas zonas sin necesidad de emigrar a otras zonas, y una parte que consideramos importante es la parte de gestión donde hemos desarrollado un programa piloto para ordenamiento territorial, lo hemos desarrollado en un municipio del área de nosotros, hemos gastado un año y medio con un equipo especializado en esto con la comunidad participativa donde se han elaborado proyectos y con base en esto hemos editado un libro para la formulación de proyectos de ordenamiento territorial, porque nos parecía importante que si no educábamos a la gente, el proyecto no puede avanzar, esto nos permite una normatividad que garantice que se preserven los ecosistemas .
Con estos 3 campos de acción, tenemos la parte que podemos llamarla sostenibilidad de los recursos naturales.
Básicamente en las partes altas de nuestra área tenemos unos ecosistemas que están en equilibrio, donde vemos que cada ecosistema cumple su función : el bosque, el páramo, y con esto esta regulando todo el ecosistema, una vez el hombre entra a ser una intervención es que empiezan a haber los problemas erosivos en la zona, por ejemplo en esta zona tenemos una intervención del hombre con una máquina, entra golpea al suelo dos veces luego coloca un implemento que es el rotoventor pulverizan el suelo , lo fertilizan y lo dejan expuesto a la primera siembra, entonces viene un aguacero torrencial, hay un arrastre de suelos y va ha parar a los cuerpos lagunales y se lleva toda la fertilidad eso conduce a problemas de erosión.
La agricultura convencional nos conduce a una perdida de fertilidad porque deja a los suelos expuestos pulverizados y el arrastre es grandisimo.
La gente cuando ya no tiene riqueza en sus suelos, emigra a las grandes ciudades engrosando los cinturones de miseria y los campos improductivos.
Inicialmente con base en el proyecto inicial de 17.000 hectáreas donde estabilizamos la cuenca, después de una evaluación del gobierno alemán tuvimos unos resultados satisfactorios y nos autorizaron una ampliación en la zona de la laguna de fúquene, que es una zona muy critica para todo el departamento y con base en los resultados nos han otorgado una donación por 4 años más.
En esta zona debíamos aplicar una alternativa que fuera sostenible y no era la que nos había resultado en la zona piloto, en razón que no podemos aplicar recetas mágicas; entonces teníamos producciones agropecuarias, desarrollamos casi un año y medio un programa de investigación, que creemos es el único sistema sostenible que garantice que la población pueda seguir viviendo en esta zona sin necesidad de emigrar y poder seguir produciendo, este sistema es la labranza mínima es una práctica de cultivar sobre cobertura con el mínimo movimiento de suelos, es el mismo principio que se utilizó en la zona del Checua de mantener el suelo cubierto, mientras nosotros tengamos un piel sobre el suelo estamos garantizando que el suelo se queda en esta zona que la fertilidad aumenta y que no hay procesos erosivos. Porque lo realizamos? Esta es un práctica convencional que realizan en la zona donde con un aguacero vemos el arrastre tan significativo de la zona. Los sistemas convencionales favorecen la perdida de fertilidad del suelo.
Hay tres principios básicos de la labranza que son los fundamentales para establecer en la zona:
1. preparación mínima del suelo.
2. Mantener el suelo cubierto
3. La rotación con abonos verdes
Algunos ejemplos de investigación . tenemos desarrollados 12 sistemas para esta área que tenemos entre los 2.600 y 3.200 mts sobre el nivel del mar. Tenemos papa sobre labranza mínima, donde hay un abono verde , posteriormente hacemos procesos de movimiento mínimo de suelo y después sembramos para cosechar. Es un ciclo repetitivo.
Otro sistema es alverja en labranza mínima.
A medida que vayamos cosechando con labranza mínima la productividad del suelo va aumentando en razón a que los abonos verdes se van introduciendo en el suelo y la fertilidad aumenta.
Tenemos parcelas demostrativas desarrollada conjuntamente con la población donde en la mitad ellos trabajan convencionalmente y en la otra mitad nosotros trabajamos con labranza mínima para que el campesino vea los resultados tangibles y medibles con el sistema. Esto garantiza que haya una afectación en el bolsillo y nos garantiza que el sistema sea aplicado, porque hasta que el campesino y la población no ve los beneficios del sistema no lo va adoptar.
Los beneficios de la Labranza: el más importante para nosotros y el objetivo del proyecto es no hay erosión, mejora la fertilidad del suelo y mayor disponibilidad de agua. Requiere menos prácticas culturales al no requerir de tractor, de preparación etc. Al tener cobertura permanente del suelo no se necesita desyerbar hemos simplificado los dos practicas en el cultivo de papa, entonces hacen menos practicas culturales y al requerir menos prácticas estamos ahorrando tiempo, incrementa la producción, y para esto ya tenemos datos medibles comprobados, en campo en donde ya hay parcelas que es mayor la producción. Disminuye costos, es aplicable a grandes áreas, que es lo que queremos para toda la cuenca de la laguna de fúquene donde tenemos 125.000 hectáreas de zonas de ladera donde el productor está con su manera tradicional de manejar el suelo desarrollando un proceso erosivo alto.
Labranza mínima, sistema de conservación de suelos y agua, impacto a nivel nacional: En razón al éxito de los sistemas que hemos tenido, el gobierno alemán esta interesado en desarrollar este proyecto a nivel nacional, a toda la zona andina en razón que todos los procesos erosivos en todo el país son altísimos.
Vamos a trabajar tres años más porque nos falta desarrollar sistemas para las partes bajas de la cuenca para poder trabajar en los tres pisos térmicos una vez tengamos estos tres sistemas se formulara el proyecto a nivel nacional.

Factores formadores del suelo

EL SUELO: CONCEPTO Y FORMACION

3. Factores de formación
Bien, cabe ahora preguntarse qué factores serán los que condicionen los cambios en los materiales originales hasta formar el suelo. Esta claro que la roca, con su aporte masivo de minerales, será un factor importante en la formación del suelo. ¿Pero qué otros factores influirán? Bueno, pues, como se ha mostrado en el punto 2, el suelo se forma además de a partir de una roca también a partir de unos restos vegetales y animales, por tanto, los organismos también constituyen un factor importante Si se comparan los suelos de la regiones húmedas y los de las regiones áridas salta a la vista el importante papel que juega el clima en la formación del suelo. Por otra parte, si analizamos la distribución de los suelos en una zona montañosa, observaremos como los suelos se encuentran escalonados en el paisaje (figura 2). Por último, es evidente que los cambios que se producen en el material para pasar de roca a suelo necesitan para desarrollarse que transcurra un determinado tiempo y este tiempo representa el quinto y último factor en la formación del suelo.
El suelo puede ser considerado como una determinada combinación de sus factores formadores. Esta concepción del suelo fue expresada por primera vez por Jenny en 1940 según la siguiente ecuación:
S = f (cl, o, r, p, t).
representando "S" al suelo, "f" es una función , "cl" al clima, "o" a los organismos, "r" al relieve, "p" a la roca madre y "t" al tiempo.
Esta ecuación es muy importante pues representa que para una determinada combinación de los factores formadores sólo puede existir un tipo de suelo (la misma combinación de factores originará siempre el mismo tipo de suelo independientemente del lugar geográfico en que se encuentre). Igualmente importante es que la magnitud de cualquiera de las propiedades del suelo, tales como pH, contenido en arcillas, porosidad, etc, está determinada por la combinación de estos factores formadores.
Para evaluar la influencia de cada factor formador en las propiedades del suelo, basta en teoría con mantener constantes todos los demás, (hecho que frecuentemente es difícil de encontrar en la práctica). Así para ver la importancia del tiempo, la ecuación fundamental quedaría así:
S= f(t) cl, o, r, p; siendo cl, o, r, p, = constantes.
lo que quiere decir que la variación de cualquier propiedad del suelo depende exclusivamente del tiempo. Así, en el tiempo cero, suelo y material original se funden uno en el otro. Variando el tiempo irán apareciendo una serie de tipos de suelos, cada vez mas evolucionados, cuyas propiedades serán una consecuencia directa de la edad y obtendríamos lo que se llama una CRONOSECUENCIA. Por otra parte, si aislamos el factor roca madre (y mantenemos constantes a todos los demás) tendríamos una LITOSECUENCIA. Aislando el factor relieve obtendríamos una TOPOSECUENCIA o CATENA, si es el clima el único factor variable tenemos la CLIMOSECUENCIA y finalmente la acción de los organismos vendría representada en una BIOSECUENCIA.

3.1 La roca como factor formador
La roca representa la fuente de los materiales sólidos. Generalmente, los minerales del suelo proceden directamente o indirectamente de la roca madre. El influjo de las rocas en los constituyentes y propiedades de los suelos es muy marcado para los suelos más jóvenes, pero esta relación se va volviendo cada vez menos patente conforme va transcurriendo el tiempo.
Son muchos los parámetros de la roca que inciden en la formación y evolución de los suelos, pero de ellos podemos destacar claramente a tres.
Composición mineralógica. Aquellas rocas que contengan abundantes minerales inestables evolucionarán fácil y rápidamente para formar suelos, mientras que aquellas otras, como las arenas maduras, que sólo contienen minerales muy estables, como el cuarzo, apenas si llegan a edafizarse aunque estén expuestas durante largo tiempo a la meteorización.
Permeabilidad. Regula la penetración y circulación del aire y del agua, lo que va a condicionar de un modo decisivo la fragmentación, alteración y translocación de los materiales.
Granulometría. De los dos apartados anteriores se desprende el importante papel que el tamaño de las partículas de los constituyentes de la roca va a representar para la edafización de estos materiales.
Los materiales de granulometría grosera, los arenosos, van a presentar una gran estabilidad frente a la alteración. Cuanto mayor sea el tamaño del grano menos representará la superficie frente al volumen total del grano y por tanto menos superficie de ataque presentarán a la agresión del medio.
Por otro lado la granulometría gruesa da lugar a materiales muy porosos, con poros lo suficientemente grandes como para la rápida circulación del agua (al ser grandes los granos dejan al empaquetarse huecos de tamaño también grande).
Los materiales arcillosos ofrecen unos comportamientos opuestos, mientras que los materiales de granulometrías equilibradas dan resultados intermedios.

3.2 El clima como factor formador
La decisiva acción del clima en la formación del suelo se desprende al considerar que el clima va a regular el aporte de agua al suelo, así como su temperatura. Como se muestra en la figura, ambos factores (humedad y temperatura) ejercen una influencia decisiva en los tres procesos básicos de formación de los suelos (figura 3).
Por otra parte el clima también influye directamente en otros factores formadores, como es el factor biótico y el relieve.
La disponibilidad y el flujo de agua regulan la velocidad de desarrollo de la mayoría de los procesos edáficos. Es por ello que la intensidad de percolación (infiltración) se considera un factor decisivo en la formación del suelo (condicionada por factores climáticos, cantidad y distribución anual de las precipitaciones, y algunos parámetros edáficos, como la permeabilidad). La intensidad de percolación nos va a indicar si en un suelo se produce suficiente exceso de agua como para producir el lavado y la translocación de materiales o si por el contrario el agua queda retenida sin que apenas se desplace hacia los horizontes profundos. La intensidad de la alteración, la clase de procesos que se presentan, el tipo de horizontes que se formen y el espesor del suelo van a ser muy diferentes según que los suelos sean percolantes (abundante infiltración de agua) o subpercolantes (figura 4).

3.2.1 Acción del clima sobre los constituyentes
La cantidad de arcilla presente en un suelo aumenta con las precipitaciones y con la temperatura (ambos favorecen la alteración).
Pero también existe una relación entre el tipo de minerales presentes en esta fracción y las precipitaciones.
Igualmente se encuentra una marcada relación entre los elementos climáticos con el contenido en materia orgánica y su grado de evolución. En líneas generales, al aumentar la precipitación aumenta los porcentajes de materia orgánica (aumenta el desarrollo de la cobertura vegetal y, por tanto, sus aportes), mientras que al aumentar la temperatura disminuye el contenido de materia orgánica (prevalece la destrucción frente al aporte).
3.2.2 Influencia del clima en las propiedades del suelo
Las acciones del clima también quedan reflejadas en muchas de las propiedades del suelo. La capacidad de cambio (cantidad de iones adsorbidos en las superficies de los materiales del suelo) aumenta proporcionalmente a las precipitaciones, e incluso los iones fijados en las posiciones de cambio también muestran una dependencia.
Por otra parte al aumentar las precipitaciones se producirá una progresiva acidificación, la cual irá acompañada de la correspondiente desaturación del complejo de cambio (los hidrogeniones van sustituyendo al Ca, Mg, Na y K).
3.2.3 Climosecuencias
La dependencia climática del suelo queda espectacularmente registrada en la clásica climosecuencia de Strakhov para los suelos de Rusia (figura 5).

3.3 El relieve como factor formador
Los procesos edáficos repercuten en el relieve y viceversa.
Desde el punto de vista edáfico los elementos del relieve más importantes son la inclinación y longitud de las laderas, la posición fisiográfica y la orientación.

3.3.1 Acciones del relieve
El relieve ejerce tres acciones fundamentales para la evolución del suelo.

Transporte
Por la acción de la gravedad, en el relieve se produce el transporte de todo tipo de materiales que se trasladan pendiente abajo. Dependiendo de su posición en el paisaje, el suelo se ve sometido a la acción de erosión o por el contrario puede predominar la acumulación (figura 6).
En las zonas altas, sobre todo en las áreas en que se presentan fuertes inclinaciones, el suelo está sometido a una intensa erosión, por lo que la posición se considera residual y estará conformada por suelos esqueléticos.
A media ladera los suelos están sometidos a un continuo transporte de materiales sólidos y soluciones, por lo que suelen presentar pequeños o moderados espesores y en ellos son muy abundantes los cantos angulosos, tan representativos de los suelos coluviales.
En la ruptura de las pendientes se produce la deposición de los materiales arrastrados (compuestos solubles y partículas sólidas) por lo que en las posiciones de pie de ladera se forman suelos acumulativos que continuamente se están sobreengrosando, formándose suelos muy espesos y de texturas (granulometrías) muy finas.
En definiva en un relieve colinado existen básicamente tres posiciones con comportamiento muy diferente: relieve residual (o erosional), relieve transporsicional y relieve deposicional (figura 7).

Características hídricas
El relieve también influye en la cantidad de agua que accede y pasa a través del suelo.
En relieves convexos el agua de precipitación circula por la superficie hacia las zonas más bajas del relieve y se crea un área de aridez local, mientras que lo contrario ocurre para las formas con relieve cóncavo.
También el drenaje del suelo se verá influenciado por el relieve, ya que este influye decisivamente en la textura, que a su vez condicionará en gran parte la permeabilidad. En las áreas altas tendremos un drenaje vertical rápido, que pasará a oblicuo en las laderas y quedará muy impedido en las depresiones.
Por otra parte la posibilidad de aporte de agua a través de niveles freáticos también estará condicionada a la posición del suelo en el relieve.

Microclima
El relieve también modifica las características del clima edáfico, al influir en la temperatura y en la humedad en función de la inclinación (influirá en la intensidad calorífica de las radiaciones recibidas), orientación (que regulará el tiempo de incidencia de las radiaciones solares) y altitud (que influirá en los elementos climáticos generales).
Como consecuencia de todo ello también afectará al desarrollo de la vegetación y de la actividad microbiana.

3.3.2 Relaciones entre el relieve y las propiedades y constituyentes del suelo
Las importantes acciones descritas en el apartado anterior se materializan en una clara dependencia de los constituyentes y propiedades del suelo con el relieve. Estas dependencias se definen como topofunciones y algunas de ellas las representamos de una manera esquemática en la figura 8.

3.3.3 El relieve y la evolución del suelo: catenas o toposecuencias
Lógicamente también existe una dependencia entre el grado de evolución del suelo y su posición en el paisaje. Esta relación entre los suelos y el relieve se llama catenas de suelos o toposecuencias.
La catena (figura 9) representa el escalonamiento regular de suelos dando una sucesión cuyo grado de desarrollo varía de forma continua con la pendiente y mostrando niveles de igual desarrollo para suelos situados en la misma posición topográfica (con iguales inclinaciones y cotas topográficas).

3.4. Los organismos como factor formador
3.4.1. Acciones de los organismos
Básicamente los organismos ejercen tres acciones fundamentales:

Constituyen las fuente de material original para la fracción orgánica del suelo. Restos vegetales y animales que al morir se incorporan al suelo y sufren profundas transformaciones.
Ejercen importantes acciones de alteración de los materiales edáficos. Los organismos transforman los constituyentes del suelo al extraer los nutrientes imprescindibles para su ciclo vital. El papel de los microorganismos en la transformación de la materia orgánica es tan importante como para que la humificación apenas se desarrolle en su ausencia.
Producen una intensa mezcla de los materiales del suelo como resultado de su actividad biológica.

3.4.2 Efectos sobre los constituyentes y propiedades
El tipo y abundancia de la materia orgánica del suelo está directamente relacionada con los organismos del mismo.
Favorecen el desarrollo y estabilidad de la estructura (como consecuencia directa de su circulación a través del suelo y también al excretar residuos de intenso poder agregante).
Aumentan la porosidad del suelo.
Favorecen el drenaje.
Influyen en el microclima (la vegetación produce sombra y disminuye la evaporación , aunque también consumen gran parte del agua del suelo).
Protegen al suelo de la erosión. Por efecto mecánico (la cobertura vegetal, así como los restos acumulados sobre la superficie, protege a éste de los impactos de las gotas de lluvia) o por el poder de agregación que unen a las distintas partículas del suelo y así quedan fuertemente retenidas.

3.5. El tiempo como factor formador
Como hemos visto el suelo, se origina por una serie de procesos y cada uno de ellos se desarrolla con muy diferente velocidad. Como consecuencia las propiedades del suelo, que son el resultado de la actuación de los procesos, se manifestaran también de un modo desigual.

3.5.1 Velocidad de formación del suelo
La velocidad de formación de un suelo es extraordinariamente lenta y depende del tipo de factores formadores de cada suelo. Así los suelos se desarrollaran mas fácilmente sobre materiales originales sueltos e inestables que a partir de rocas duras y constituidas por minerales estables. También es lógico esperar una mas rápida formación en los climas húmedos y cálidos que en climas secos y fríos. Por ello la velocidad de formación del suelo es muy variable, en la bibliografía se pueden encontrar valores desde 1mm/año hasta 0,001mm/año. Es de resaltar como la velocidad de formación del suelo decrece drásticamente con la edad, ya que en un principio el material edáfico evoluciona hacia la formación de un horizonte A (de alteración de materia orgánica), que es de rápida formación, y una vez formado este horizonte el suelo se desarrolla originando horizontes B (de alteración mineral), de mucha más lenta formación.

3.5.2 Cronosecuencias de suelos
La antigüedad de un suelo puede valorarse de manera indirecta por la edad de la superficie geomorfológica sobre la que se desarrolla. Las superficies pueden estar datadas por métodos geológicos pero también se puede evaluar que superficie es más antigua que otra dada en base a criterios de campo. Así como se indica en la figura10 la superficie que disecta es más antigua que la que es cortada .
En los estudios de suelos es interesante valorar su antigüedad relativa (mejor aún es calcular la edad absoluta pero esta datación es muy difícil de realizar). Los suelos se ordenan en una secuencia de edad creciente y se analiza como han ido cambiando con el tiempo su tipología y sus propiedades.
De todos los tipos de cronosecuencias, son sin duda las desarrolladas en terrazas fluviales las más universalmente investigadas. Desde el punto de vista edáfico la propiedad más interesante de las terrazas fluviales es que, en condiciones normales, presentan una clara correlación entre la cota de la terraza y su edad, de manera que la terraza más alta es la más antigua y al descender son cada vez más jóvenes, hasta llegar a la terraza inmediatamente próxima al cauce, que será la de formación más reciente. La diferente evolución de cada suelo, así como el grado de desarrollo de sus propiedades está regulado exclusivamente por el factor tiempo (figuras 11 y 12).
La evolución de una propiedad concreta (o de un constituyente del suelo) en función de la edad se le llama cronofunción. Es decir como va variando la propiedad considerada al ir aumentando progresivamente la edad del suelo. La forma mejor para evaluarla es representarla en un diagrama de dispersión (propiedad frente a edad) y calcular la ecuación de regresión y valorar su grado de ajuste con el correspondiente coeficiente de correlación (como la grafica mostrada en el apartado anterior 3.5.1).

3.5.3 Suelo climax o estado estacionario
En la siguiente figura 13 idealizamos el comportamiento de como se van manifestando una serie de propiedades en función del tiempo.
Unas propiedades van aumentando su grado de desarrollo (lineas A, C y D de la figura) mientras que otras tienen un comportamiento inverso (B), pero todas ellas llegan a alcanzar un estadío a partir del cual no experimentan variaciones con el tiempo (las curvas se vuelven paralelas al eje horizontal, lineas A', B', C' y D'), alcanzando cada una este estado de equilibrio a una edad diferente (edad 1, 2, 3 y 4). Cuando todas las propiedades se encuentran en esta situación se dice que el suelo está en estado climax o estado estacionario (punto D´; tiempo 4). El tiempo necesario para alcanzar esta etapa de madurez varía con cada tipo de suelo, según los procesos que en su formación hayan tenido lugar .
Algunos autores cuestionan esta teoría del estado estacionario y creen que el suelo siempre esta evolucionando. De cualquier forma parece claro que en sus etapas finales el suelo evoluciona tan lentamente que podemos considerar sus cambios como poco significativos.
Unas propiedades alcanzan rápidamente su equilibrio, en sólo algunos cientos de años (por ejemplo, contenido en materia orgánica y lavado de los carbonatos), mientras que otras son de desarrollo mucho más lento, requiriendo del orden de muchas decenas de miles de años (por ejemplo, la translocación de arcilla). En consecuencia los distintos horizontes que componen los suelos necesitan de tiempos muy distintos para su formación (como se muestra en la siguiente figura el horizonte A es el de más rápida formación, mientras que el horizonte óxico necesita de hasta un millón de años para manifestarse totalmente).
Para aquellos suelos que se forman en menos de alguna decenas de miles de años se habla de ciclo corto, mientras que los que requieren de muchas decenas de miles hasta cientos de miles de años se habla de ciclo largo.

Degradacion del suelo

1. El suelo es la cubierta superficial de la mayoría de la superficie continental de la Tierra. Es un agregado de minerales no consolidados y de partículas orgánicas producidas por la acción combinada del viento, el agua y los procesos de desintegración orgánica.
Los componentes primarios del suelo son:
compuestos inorgánicos, no disueltos, producidos por la meteorización y la descomposición de las rocas superficiales;
los nutrientes solubles utilizados por las plantas
distintos tipos de materia orgánica, viva o muerta
gases y agua requeridos por las plantas y por los organismos subterráneos.
La naturaleza física del suelo está determinada por la proporción de partículas de varios tamaños que varían entre el de los trozos distinguibles de piedra y grava hasta los de menos de 1/40.000 centímetros. Las grandes partículas del suelo, como la arena y la grava, son en su mayor parte químicamente inactivas; pero las pequeñas partículas inorgánicas, componentes principales de las arcillas finas, sirven también como depósitos de los que las raíces de las plantas extraen nutrientes.
El tamaño y la naturaleza de estas partículas inorgánicas diminutas determinan en gran medida la capacidad de un suelo para almacenar agua, vital para todos los procesos de crecimiento de las plantas.
La parte orgánica del suelo está formada por restos vegetales y restos animales, junto a cantidades variables de materia orgánica amorfa llamada humus. La fracción orgánica representa entre el 2 y el 5% del suelo superficial en las regiones húmedas, pero puede ser menos del 0.5% en suelos áridos o más del 95% en suelos de turba.
El componente líquido de los suelos es sobre todo agua con varias sustancias minerales en disolución, cantidades grandes de oxígeno y dióxido de carbono disueltos. La solución del suelo es muy compleja y tiene importancia primordial al ser el medio por el que los nutrientes alcanzan y son absorbidos por las raíces de las plantas.
Los principales gases contenidos en el suelo son el oxígeno, el nitrógeno y el dióxido de carbono. El oxígeno es importante para el metabolismo de las plantas porque su presencia es necesaria para el crecimiento de varias bacterias y de otros organismos responsables de la descomposición de la materia orgánica.
Composición química del suelo
En general los suelos se componen de silicatos con complejidades que varían desde la del sencillo óxido de silicio —cuarzo— hasta la de los silicatos de aluminio hidratados, muy complejos, encontrados en los suelos de arcilla. Los elementos del suelo más importantes para la nutrición de las plantas incluyen el fósforo, el azufre, el nitrógeno, el calcio, el hierro y el magnesio.
Las plantas obtienen nutrientes de los coloides del suelo, partículas diminutas parecidas a la arcilla que se mezclan con el agua, aunque no se disuelven en ella. Se forman como producto de la meteorización física y química de minerales primarios. Consisten en cantidades variables de óxidos hidratados de hierro, aluminio y silicio y de minerales cristalinos secundarios como la caolinita y la montmorillonita.
Los coloides tienen algunas propiedades físicas marcadas que afectan fuertemente las características agrícolas de los distintos suelos. Los suelos de las regiones con precipitación escasa y poca agua subterránea están sometidos a lixiviación moderada y, por tanto, contienen gran cantidad de compuestos originales, como calcio, potasio y sodio. Los coloides de este tipo se expanden en gran medida cuando se mojan y al secarse toman una consistencia gelatinosa y forman masas impermeables al agua.
Una de las características importantes de las partículas coloidales es su capacidad para participar en un tipo de reacción química conocida como intercambio de bases. Un compuesto cambia al sustituir uno de sus elementos por otro. Los elementos que estaban ligados a un compuesto pueden quedar libres en la solución del suelo y estos disponibles como nutrientes para las plantas.
Materia orgánica
El término general utilizado para definir la mezcla compleja de materia orgánica del suelo es humus. No es una mezcla estable de sustancias químicas, es más bien una mezcla dinámica, en constante cambio, que representa cada etapa de la descomposición de la materia orgánica muerta, desde la más simple a la más compleja. El proceso de descomposición está causado por la acción de un gran número de bacterias y hongos microscópicos.
Bajo condiciones naturales, así como en zonas que no han sido nunca perturbadas por cultivo o deforestación, hay un equilibrio entre la cantidad de humus destruido por descomposición total y la materia añadida por la putrefacción de plantas y de cuerpos animales. Donde se practica la agricultura o donde se altera el equilibrio de los procesos naturales, bien por los humanos, bien por accidentes naturales como el fuego, se pierde la estabilidad y se reduce el contenido orgánico del suelo hasta que se alcanza un nuevo equilibrio.
Agua en la tierra
La cantidad de agua disponible en un suelo dado tiene un efecto importante en la productividad del terreno para su uso agrícola. La cantidad de agua retenida depende del tamaño y de la disposición de los poros en el terreno. En suelos gruesos y desagregados, el agua tiende a drenarse hacia abajo por la acción de la gravedad, dejando un pequeño remanente.
Los suelos compuestos por partículas finas suelen tener una porosidad total superior, por tanto, retienen cantidades de agua mayores que los suelos de textura gruesa. El agua se mueve y queda retenida por un sistema de poros.
Las fuerzas que actúan sobre el agua, llamadas succión del suelo, pueden clasificarse en:
Las causadas por las partículas (fuerzas mátricas), dichas fuerzas surgen de la acción capilar y de las interacciones electrostáticas entre el agua y las partículas del suelo.
Las causadas por los solutos disueltos en el agua (fuerzas osmóticas) Las fuerzas osmóticas dependen de la cantidad de sales disueltas en el agua y que influyen de forma indirecta en su movimiento por el suelo.
Las causadas por la gravedad (fuerzas gravitatorias).
La suma de las fuerzas mátricas y osmóticas se llama potencial total del agua.
Las necesidades de agua de las plantas se satisfacen con el agua del suelo. El límite máximo de embalse depende de la capacidad del terreno, y el mínimo depende del porcentaje de secado permanente y también de la ocupación efectiva de las raíces de la cosecha. La capacidad del terreno es la cantidad de agua en un suelo dos o tres días después de una inundación completa de su perfil, expresada como peso seco del suelo. El coeficiente de marchitamiento se define como el valor de la humedad del suelo bajo el cual un vegetal se marchitaría y moriría, aún cuando se encuentre en una atmósfera húmeda. Se expresa como porcentaje de masa de suelo seco.
Evolución de sus constituyentes
Constituyentes minerales
Los suelos empiezan a formarse cuando las partículas de roca son transformados por acción química y biológica. Dichos fragmentos de roca pueden haberse acumulado por diversas causas. Hay suelos que retienen muchos fragmentos resistentes a las alteraciones químicas, lo que contribuye a formar suelos húmedos y a sustentar las plantas. Estas partículas disminuyen a través de fenómenos físicos, aumentando la zona superficial e incrementando la vulnerabilidad a los procesos químicos.
Los minerales arcillosos poseen cargas eléctricas que les permite retener los nutrientes de las plantas y cuando la planta lo necesita, las raíces pueden extraerlos a través del agua. Algunos minerales arcillosos aumentan en volumen con la humedad y vuelven a disminuir al secarse, quebrajándose el suelo. Las arcillas son lo suficientemente finas como para ser desplazadas por el agua a horizontes más pobres en arcillas. Las partículas minerales confieren al suelo su textura.
Materia orgánica
Los materiales orgánicos son transformados por la acción de hongos y bacterias. Los minerales insolubles quedan como un duro esqueleto en la superficie, mientras el resto se convierte en humus. Éste es importante ya que puede contener los nutrientes para las plantas y el aire es necesario para realizar sus funciones vitales. Además suministra nitrógeno a las plantas y puede ganar de ellas oxígeno. El agua del suelo disuelve parte del dióxido e carbono, adquiriendo mayor acidez que ayuda a desintegrar la roca originaria.
El agua del suelo
Los suelos bien estructurados suelen contener suficiente agua disponible para alimentar a las plantas. Estos suelos son resultados de una cantidad excesiva de agua bien drenada. En cambio, en los suelos de estructura deficiente y los de climas secos las plantas pueden absorber toda el agua, excepto la que retienen los poros microscópicos, llegando al “punto de marchitamiento”, característico en los suelos arcillosos.
En los suelos bien drenados el hierro liberado por la digregación es oxigenado y enrojece el suelo por ser casi insoluble. En los suelos permanentemente húmedo el hierro es reducido y da un color gris verdoso (“gley”).
En condiciones de humedad, los desechos orgánicos se descomponen con gran lentitud y pueden acumularse en la superficie turbas en vez de nitratos, posibilitando la formación de metano.
Equilibrio en el proceso de formación de los suelos
En los suelos con buena vegetación, los ingredientes adicionales son disgregados y después eliminados por diversos procesos geomóficos. Generalmente, abandonan el suelo en forma de solución o erosión superficial.
En muchos suelos un ligero aumento en el límite de eliminación conduce a un incremento en la tasa de producción del suelo, ya que al hacerse éste más delgado, la roca inalterada queda más expuesta a los procesos erosivos. Al hacerse el suelo más profundo, aísla a la roca de estos fenómenos. Así, el suelo y el ecosistema que éste soporta actúan como almohadilla protectora entre la atmósfera y la roca.
El suelo se forma a partir de al alteración de la roca madre y el aporte de los restos orgánicos de las plantas y animales. Es dinámico. Su nacimiento se produce cuando los restos orgánicos se incorporan a los restos minerales. Luego evoluciona con varios substratos superpuestos en horizontes. Es la resultante de un proceso muy dilatado del tiempo, cuya amplitud varía entre cientos y miles de años en condiciones naturales, aunque con la intervención del hombre, mediante el empleo de fertilizantes, abonos verdes, prácticas de labranza y riego, etc., puede acelerarse notablemente su creación.
2. Clasificación de los suelos argentinos
Entisoles (del latín ent: juventud): suelos débilmente desarrollados sobre material de acarreo en áreas montañosas o serranas. Sus limitaciones son el pobre desarrollo del perfil, la baja fertilidad y, a veces, el alto contenido de sales. Se los encuentra en cualquier tipo de clima y la vegetación va de acuerdo con el mismo, aunque la más característica es la de ribera en los valles aluviales.
Vertisoles (del latín verto: verter): suelos pesados y arcillosos de clima subhúmedo a árido pero siempre con un período húmedo que satura el suelo. Las temperaturas varían de cálidas a templadas y son capaces de provocar evaporación. La vegetación natural es de pastos y hierbas anuales con formaciones xerófilas, adaptadas al período de sequía. Son suelos difíciles de trabajar ya que cuando se humedecen se expanden y en períodos secos se endurecen y agrietan. Esto provoca restricciones al uso agrícola debido a la contracción y la expansión. Constituye buenas áreas pastoriles ya que tienen mediano a alto contenido de nutrientes
Inceptisoles (del latín inceptum: comienzo): suelos húmedos, incipientes, poco evolucionados y con cierta acumulación de materia orgánica. Su textura es uniforme. Son aptos para soportar una sucesión de cultivos con manejo adecuado. Su área de distribución es muy reducida y se encuentra asociada a climas húmedos. La vegetación suele ser el bosque, rara vez la tundra.
Aridisoles (de árido): suelos de zonas áridas con bajo contenido de materia orgánica y escasa fertilidad. Su textura es gruesa y erosionable, por lo que deben ser manejados muy cuidadosamente para no desencadenar el deterioro por sobrepastoreo. Se halla reducido al pastoreo extensivo. Bajo riego pueden entrar en producción agrícola pero son vulnerables a la salinización.
Molisoles (del latín molis: blando): excelentes suelos agrícolas. Tienen una buena estructura granular o migajosa con alto contenido de materia orgánica y buen drenaje. Son los de mayor fertilidad y potencial agropecuario del país. Las precipitaciones anuales deben ser abundantes para suministrar cierto lavado a través del suelo, aunque las estaciones secas suelen ser normales. Se localizan en una gama climática muy amplia. La vegetación esta compuesta por pastos abundantes y bosques cadufolios de madera dura.
Alfisoles (sílabas sin sentido): suelos minerales generalmente húmedos de alta saturación básica. Tienen problemas de drenaje debido a su alto contenido arcilloso y poco material orgánico. Pueden ser buenos suelos agrícolas con adecuada fertilización. En las zonas frías o templado- húmedas están asociados a materiales calcáreos jóvenes, pero en las zonas subhúmedas pueden hallarse asociados a áreas más antiguas. Se los puede encontrar bajo los bosques australes y, en climas más secos, bajo bosques caducifolios de hojas anchas, también donde haya una marcada variación estacional de las lluvias y una cubierta de pastos y árboles xerófilos, o en climas más húmedos, con vegetación de pastos altos.
Ultisoles (del latín ultimus: últimos): suelos de baja saturación básica con materiales meteorizables que le dan un color rojo. Poseen materiales arcillosos lavados. Su fertilidad es baja y son pobres en humus. Se los encuentra en climas húmedos, tropicales y templados. La vegetación natural puede ser el bosque, la sabana o flora de pantanos y marismas. Su capacidad agrícola puede acrecentarse con fertilizantes y un buen manejo.
Oxisoles (de óxido): suelos rojos por su contenido óxido, muy lavados de clima subtropical húmedo o templado. Ofrecen una gran fertilidad cuando no han sido explotados. Son muy susceptibles a la erosión hídrica si no están bien manejados. Ofrecen una débil estructura de bosques.
Histosoles (del griego histos: tejido): suelos muy ricos en materia orgánica poco descompuesta. Son típicos de turberas, mallines y algunas terrazas fluviales. Llamados pantanosos. Carecen de importancia agronómica.
Los mejores suelos agrícolas del país (Molisoles) se encuentran en la Pampa Húmeda y el extremo sur. La Patagonia argentina se caracteriza por la aridez de sus suelos y su baja fertilidad (Aridisoles). Cuyo presenta suelos con grande limitaciones (Entisoles) debido a su relieve montañoso y serrano. Sin embargo en los valles patagónicos y en los de Salta, Tucumán y Jujuy se puede llegar a cultivar con buen cuidado del suelo(Inceptisoles). La Región Chaqueña presenta suelos fácilmente inundables pero con aptitud agrícola (Alfisoles). El Este de Buenos Aires, Corrientes y Entre Ríos tiene suelos aptos para la ganadería y presentan restricciones para el trabajo agrícola (Vertisoles). En el Noroeste los suelos muy áridos y de escasa fertilidad (Aridisoles). Se puede encontrar suelos con gran contenido arcilloso y baja fertilidad (Ultisoles) en el sur de Misiones y norte de Corrientes. El Norte de Misiones tiene un suelo con óxido y muy susceptible a la erosión hídrica (Oxisoles). El Sur de Tierra del Fuego presenta suelos pantanosos muy ricos en materia orgánica (Histosoles).
3. Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) los suelos se deben dividir de acuerdo a su aptitud agropecuaria. El grado de riesgo de los suelos puede ser producto de un solo factor de gran magnitud o un conjunto de factores de menor importancia. Cabe mencionar que la clasificación del INTA toma en cuenta tanto el estado actual del suelo como también la potencial aptitud del mismo. Las limitaciones que afectan a la aptitud agrícola de los suelos están dadas principalmente por: la susceptibilidad a la erosión, la pendiente del relieve, la capacidad de retención de agua, el exceso de humedad, la permeabilidad lenta, la cantidad excesiva de piedras en su composición, la erosión previa, la baja fertilidad, la profundidad del suelo útil, salinidad y alcalinidad y el clima. De acuerdo a si estas limitaciones se presentan en gran cantidad, si son severas o corregibles se agrupan los suelos argentinos.
4. Los suelos que presentan mayores limitaciones agrícolas en el país se encuentran en la Pampa Deprimida, el Delta del Paraná y lo Esteros Correntinos. Estas limitaciones se deben a la escasa profundidad, la extrema humedad y los avanzado procesos de degradación. Además contienen piedras y arena en extrema cantidad. Son utilizados para llevar a cabo actividades ganadera y forestal comercial.
Esto se basa en la división de las tierras en seis clases de acuerdo a sus limitaciones naturales.
Clase1: no presenta limitaciones. Son aptos para la producción de una gran variedad de cultivos, pudiendo ser usados con mínimo riesgo de degradación para los cultivos de labranza y pasturas, como campos de pastoreo y forestación y recreo. Son suelos de tierras llanas, con reducido peligro de erosión, profundos, bien drenados y de fácil laboreo. Presentan una buena retención de agua y contienen muchos elementos nutritivos. Se adaptan al cultivo intensivo. El clima que soportan es favorable para los cultivos comunes a la zona climática. Para mantener su productividad sólo requieren prácticas corrientes de manejo. Es nuestro país por el mal manejo sufrieron procesos degradatorios, disminuyendo así su capacidad productiva, por lo que pasan a formar parte de otra clase.
Clase 2: ligeras a moderadas limitaciones en cuanto a la elección de plantas o requieren modestas prácticas de conservación. Pueden ser usados para cultivos labrados, pasturas forestación, etc. Puede presentar pendientes suaves, susceptibilidad moderada a la erosión eólica o hídrica, condiciones algo desfavorables de estructura o labranza, salinidad y alcalinidad ligeras y de fácil corrección, ocasionales inundaciones, pequeño exceso de humedad. Las limitaciones son pocas y las prácticas culturales de fácil aplicación.
Clase 3: limitaciones moderadas o requieren la aplicación de prácticas especiales de conservación. Puede utilizarse para cultivos labrados, pasturas, como campos naturales de pastoreo, para forestación, etc. pero se hallan restringidos en la cantidad y proporción de cultivos, en la duración del tiempo adecuado para la plantación o siembra, el laboreo del suelo y la cosecha, y también en la elección de los cultivos. Limitaciones: pendientes moderadamente pronunciadas, alta susceptibilidad a la erosión hídrica y eólica, inundaciones frecuentes, permeabilidad muy lenta, exceso de humedad, escasa profundidad del suelo útil o problemas de estructura, baja capacidad de retención de agua, baja fertilidad difícil de corregir, leve salinidad y alcalinidad, condiciones climáticas moderadamente adversas.
Requieren prácticas de conservación más difíciles de aplicar y mantener que las anteriores. Presentan una o más alternativas de uso y manejo para su aprovechamiento libre de todo riesgo, el número de alternativas factibles es menor.
Clase 4: suelos con limitaciones muy severas que restringen: la elección de los cultivos, la producción de las pasturas y árboles forestales. Requieren un manejo cuidadoso. Pueden ser usados como campos naturales de pastoreo, forestación o para la conservación de la fauna silvestre, pero la elección de plantas se halla más limitada a dos o tres de los cultivos comunes.
Limitaciones: pendientes pronunciadas, gran susceptibilidad a la erosión hídrica o eólica, escasa profundidad del suelo, baja capacidad de retención de agua, inundaciones frecuentes, humedad excesiva, fuerte salinidad o alcalinidad sódica, factores climáticos moderadamente adversos. Son pedregosos. Clima árido y semiárido con bosques.
Requieren un manejo más cuidadoso y prácticas de conservación más difíciles de aplicar y mantener. Tiende a la desertización.
Clase 5: tienen obstáculos muy severos permanentes no corregibles: pendientes muy fuertes, mucha erosión, pedregosidad, profundidad somera, humedad excesiva o frecuentes inundaciones, baja capacidad de retención de humedad, salinidad o alcalinidad sódica, severas limitaciones climáticas.
Solamente pueden dedicarse a bosques de protección, pasturas o conservación de la fauna silvestre. Sólo unos pocos pueden ser cultivados con la aplicación de técnicas de manejo muy intensivas. Pueden resultar no apropiados para cultivos forestales.
Resulta conveniente introducir mejoras en las pasturas y campos naturales de pastoreo.
Clase 6: poseen limitaciones extremadamente severas en cantidad e intensidad, por lo que son áreas improductivas. Esta es la razón por la cual son transformados en áreas de recreación o turismo, en las que se debe aplicar una rigurosa reglamentación de protección del paisaje. Incluyen las tierras yemas, terrenos rocosos, playas arenosas, embarques de los ríos, etc.
Dichas limitaciones son incorregibles: pendientes muy pronunciadas, erosión, profundidad somera, piedras, exceso de humedad, sales o alcalinidad sódica, clima desfavorable.
No se justifica la aplicación de mejoras en las pasturas y campos naturales de pastoreo. Puede ser necesario proteger y manejar los suelos implantando vegetación para preservar otro de mayor valor, controlar agua, promover la vida silvestre o por razones estéticas.
5.
Deterioro
Actividad humana: Tala de árboles, adición de riegos, apertura de canales de drenaje y modificación de condiciones naturales.
Manifestado en la fertilidad por la alteración de sus propiedades físico - químicas presentadas en la erosión hídrica y eólica.
La conservación es el requisito para mantener la integridad física, fertilidad y para impedir la erosión del suelo.
El agotamiento es provocado por monocultivos y por cosechas realizadas sobre un mismo predio.
Los cambios en el uso del suelo se producen en la segunda mitad del siglo XIX, con la implementación del cultivo de tierras vírgenes bajo ciclos climáticos que dieron resultado que ocultaban el riesgo latente
Es necesario implementar una educación conservacionista y del manejo del suelo y una política nacional sobre el tema.
Erosión
Se puede hacer presente de diversas maneras: polvaredas, acumulaciones de montículos de grano fino, realización de obras publicas y médanos.
Presenta en la Argentina desde Bahía Blanca hasta el Río Tercero, afectando la costa de Buenos Aires.
En las zonas donde hubo menor efecto, se opto por una realización de cultivos en franjas de rotación alternado.
Prevención: cerrado de médanos, establecimiento de una cobertura herbácea.
Eólica: consiste en el desprendimiento de partículas del suelo provocado por la fuerza que ejerce el viento sobre la superficie cuando cesa el viento, las partículas mas pesadas se depositan formando médanos y dunas.
Se produce por la perdida del equilibrio de las propiedades físico - químicas.
Esta presente en la Patagonia.
Sus principales causas son: uso de tierras no aptas para el cultivo, realización de labores en épocas inoportunas, el pastoreo excesivo y el manejo irracional de la deforestación
Hídrica: consiste en el desprendimiento de las partículas del suelo, ocasionando por el impacto de gotas de lluvia sobre las superficies no protegidas por vegetación y posterior arrastre por el agua.
Puede ser laminar, en surcos. Se produce en la región húmeda, en áreas con relieve ondulado ofreciendo tierras agrícolas.
Afecta la navegabilidad de los ríos y provoca inundaciones.
Inundaciones
Los excesos de agua por la falta de filtración en los lugares de precipitaciones provocan inundaciones.
Provocan grandes daños a suelos y cultivos, desencadenando procesos de erosión hidráulica, que se puede limitar por largos periodos o definitivamente a la producción agrícola.
Las zonas mas afectadas son la depresión del Salado en Buenos Aires y la cuenca del Interior del NE.
Salinización
Ocurre en tierras sometidas al riego por un mal manejo de las aguas empleadas y a veces, por los altos contenidos de sales.
El mal manejo del riego ha provocado la salinización de importantes extensiones del área irrigada por las aguas del Río Dulce.
Se hace presente en el oasis mendocino, valle inferior del Río Colorado, en algunos sectores del Río Negro, etc.
Suelo